¿No les ha pasado que después de ver los primero 5 minutos
de una serie sabes que va a ser épica?
Exactamente eso me pasó con House Of Cards, a pesar de que
sabía desde un principio que iba a odiar a Frank Underwood y amar a Zoe Barnes,
mi afición televisiva no parece seguir si no es con él en la White House y ella
detrás de él (lastimosamente, no por mucho)
Primeramente quisiera discutir acerca los personajes. La
construcción de Frank Underwood me hace pensar que prácticamente él mismo se sentó
a escribir su alter ego, es decir, que ahí afuera, en algún lugar del mundo
existe un maravilloso Frank Underwood. Cada manía y cada hábito que la serie
nos presenta, está justificada de la mejor manera posible. Zoe Barnes se nos
presenta como una joven ambiciosa que busca cambiar al mundo con sus primicias
pero que simplemente es plasmada como una simple mortal, tal cual a nosotros.
Este puede ser el primer indicador de la serie para atraer a nuevos
televidentes mediante la identificación, de lo que hablaré seguidamente.
Zoe es un personaje que nos sirve como polo a tierra, puede
ser que represente toda suciedad de nuestra comunidad y que a su vez nos
represente a nosotros mismos. Capaz buscamos en ella algo que nos represente,
ya sea su fracaso como periodista o su inteligencia para conseguir contactos,
la historia como tal gira en torno a ella y su relación con Frank, a pesar de
su muerte sigue presente en los primeros capítulos de la segunda pero la
segunda temporada es algo totalmente distinto a lo que tratamos en esta
entrada.
Desde un principio esta serie me pareció algo oscura, los
colores opacos y fríos son su fuerte y por ser de Netflix (no es que siempre
pase) se trata de una muy buena calidad. Por lo general priman las tomas
cerradas, persepectivas netamente pequeñas y una que otra sensación de estar
asfixia. Con esta serie puedo arriesgarme a decir que desde un principio nos
atrapa, y cuando NOS ATRAPA, me refiero a su target. Creo que va dirigida a
personas desde los 20 hasta los 45. No doy especificidad en cuanto a género
porque de verdad me parece una serie que es rica en cuanto a diversidad de
televidentes.
En cuanto a los diálogos, todos los que vemos regularmente esta serie podemos coincidir que esta serie tiene un fuerte principal y lo es sus diálogos. Pasa tanto en cada uno de ellos y no me refiero meramente a la cantidad de términos políticos si no a las explicaciones de sucesos en sí. Es difícil aterrizar nuevamente en la escena si te has perdido alguno de estos.
“¡Y no crean que me he olvidado de ustedes!”
Y no crean que me he olvidado de lo más enigmático de esta
serie... ¡FRANK UNDERWOOD HABLA CON NOSOTROS! Jamás me hubiese imaginado que
House Of Cards se tratara de un hombre que decide contar toda su experiencia en
su trayectoria por la White House y mucho menos que se dirigiera directamente a
la cámara. Simplemente te da la sensación que estás “metido en el juego”, no
estás ahí con él, pero sí de espectador.
¡Maravillosa!